15 abril, 2015

COMPRENDER LA PIEL III: PIEL SENSIBLE

piel sensible

Si sufres picores en la piel, rojeces e irritación y además esta reacciona de forma exagerada ante la mínima agresión externa, debo decirte que tienes una piel sensible.

Este concepto no se trata, ni mucho menos, de un término científico pero nos sirve de gran ayuda para identificar un tipo de piel con el que debemos tener unos cuidados especiales.

Una piel sensible, también llamada intolerante o reactiva, es una piel que reacciona ante estímulos que no producen ningún efecto en otros tipos de piel debido a una disminución de lo que llamamos el umbral de protección. Se trata de un problema mucho más frecuente de lo que parece, especialmente en está época del año en la que la piel está más expuesta. Vamos a conocerla más de cerca.

Las pieles sensibles cuentan con dos características fundamentales que las diferencian de las demás:

  • Presentan una alteración en su función barrera y este fenómeno favorece la deshidratación y la penetración de otros agentes irritantes.
  • Presentan una superproducción de radicales libres.

La piel sensible es un tipo de piel clínicamente muy inestable, por eso deben cuidar mucho su rutina diaria para minimizar las molestias y lesiones. Una vez que la sensibilidad se ha instaurado en la piel, ciertos hábitos o conductas pueden aumentar o prolongar las peores etapas de tu piel sensible.

5 CONSEJOS PARA CUIDAR LA PIEL SENSIBLE

  1. Limpia tu piel en profundidad dos veces al día con productos sin detergentes, parabenos, sin perfumes y adecuados para tu tipo de piel.  Si tienes dudas pregunta a  un experto y opta por productos más naturales.
  2. La hidratación es esencial y no hay principio activo más hidratante y regenerante que el ácido hialurónico. Al mismo tiempo que crea una película de protección sobre tu piel impidiendo que se evapore el agua, penetra hasta las capas más profundas para aportar una mayor hidratación. No olvides que, además, el ácido hialurónico favorece la síntesis natural de colágeno.
  3. Intenta evitar la ingesta de alcohol y las comidas muy especiadas ya que, generalmente, tienen un efecto vasodilatador. Es importante llevar una dieta rica en antioxidantes como la vitamina A, C y E, así como aceites vegetales naturales.
  4. Evita los cambios bruscos de temperatura. El frío excesivo reduce las secreciones que mantienen la película hidrolipídica, mientras el calor estimula la sudoración que seguidamente se evapora haciendo que la piel llegue a secarse y sea más propensa a la irritación.
  5. Evita el estrés y la falta de sueño, ya que pueden ser desencadenantes de la piel sensible.

ALGUNOS PROBLEMAS QUE AFECTAN A LA PIEL SENSIBLE

  • CUPEROSIS: es un problema típico de las pieles claras, secas y finas que se caracteriza por la aparición de rojeces y pequeños vasos sanguíneos en pómulos, nariz y mentón principalmente. Es hereditaria y puede agravarse después de la menopausia, situaciones de estrés, mala alimentación o el empleo de productos inadecuados.
  • ROSÁCEA: se trata de uno de los problemas más reconocibles por sus síntomas que son las manchas y pequeños granitos rojos en mejillas, nariz y la zona central de la frente. Su aparición está íntimamente relacionada con una alteración de la microcirculación de la piel y suele empeorar con los cambios bruscos de temperatura y la exposición solar. Es crónica pero puede mejorar sustancialmente con un producto adecuado que proteja e hidrate adecuadamente la piel.
  • DERMATITIS ATÓPICA: se caracteriza por provocar sequedad y descamaciones no solo en el rostro, sino también en otras zonas como el cuero cabelludo o en pliegues como codos y rodillas. Son unas pieles muy frágiles que hay que tratar con productos adecuados que respeten al máximo la piel y, por supuesto, que no contengan nada de conservantes.
  • DERMATITIS SEBORRÉICA: Aunque parece contradictorio, las pieles grasas también pueden ser sensibles, como ocurre tanto en caso de dermatitis seborréica como en casos de acné. Se trata de una inflamación de las zonas de la piel en las que existen más glándulas sebáceas. Las zonas más afectadas suelen ser el rostro y el cuero cabelludo, pero también puede afectar ocasionalmente a algunos pliegues cutáneos como codos, rodillas o ingles.

 Esperamos que estos consejos os sirvan de ayuda y os esperamos con la próxima entrada del blog la semana que viene que promete ser muy interesante.

Un saludo y feliz semana,

Equipo Hialucic

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