4 noviembre, 2014

COMPRENDER LA PIEL II: TIPOS DE PIEL

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En algunas ocasiones, conocer tu piel y saber qué cosméticos debes utilizar para sacarle el máximo partido y que esta no sufra no resulta nada fácil, por eso, hoy queremos hablaros de los diferentes tipos de piel y de las características que presentan para que puedas identificarlos rápidamente y de forma sencilla.

Se pueden utilizar diferentes criterios para clasificar la piel. Una de las más aceptadas se basa en la naturaleza de la emulsión que se forma sobre la superficie corporal entre las moléculas lipídicas y acuosas cutáneas o externas, denominada manto hidrolipídico o emulsión epicutánea. No obstante, existen otros factores, sobre todo fisiológicos, relacionados con las características y el comportamiento de la superficie externa de la piel que también nos pueden ayudar a diferenciarlas. Atendiendo a todo esto, la piel se puede clasificar:

1.- Según la epidermis:

- Piel gruesa: es aquella que posee un estrato córneo bien desarrollado. La suelen presentar personas expuestas de forma crónica al sol, ya que uno de sus efectos es la hiperqueratosis. Su aspecto es tosco, con los poros dilatados y con un color opaco y cetrino.

- Piel fina: posee una capa córnea más bien delgada. Es más propia de mujeres y de zonas del cuerpo que suelen estar cubiertas. Presenta una superficie uniforme, con poros poco visibles y de un color sonrosado y traslúcido.

2.- Según la dermis:

- Piel tónica: es aquella que presenta tensión y elasticidad, más propia de las pieles jóvenes.

- Piel flácida: es aquella que ha perdido la elasticidad y la capacidad de recuperación después de someterse a una deformación. Suelen presentar estas características las pieles envejecidas y en algunas ocasiones pieles jóvenes que han sufrido un adelgazamiento brusco o algunas enfermedades.

3-. Según las secreciones:

- Piel grasa: es un tipo de piel que presenta una mayor actividad de las glándulas sebaceas con una mayor presencia de lípidos que de agua. Podemos encontrar diferentes tipos de pieles grasas como la piel seborreica, propia principalmente de individuos de raza latina y que resulta muy común en nuestro país. Es más común de lo que parece, pese a que suene algo extraño, encontrarnos una piel grasa deshidratada y una piel grasa asfíctica. La piel asfíctica es aquella que en su origen no era grasa pero ha alcanzado este estado por la utilización errónea de productos cosméticos. Por ejemplo, el empleo de productos demasiado astringentes que cierran los poros provoca una alteración en la composición de la secreción sebácea, originando la producción de grasa solidificada que, por hipertrofia de la capa córnea, tiene dificultades para salir al exterior. Esta alteración puede ocasionar incluso la aparición de quistes sebáceos.

Los diferentes signos que presenta una piel grasa y por la que la podemos identificar es un aspecto brillante y opaco, una textura untuosa y áspera o una abundante cantidad de poros abiertos especialmente en la famosa zona T.

Tratamiento: se aconseja limpiarlas dos veces al día con cosméticos jabonosos adecuados para el rostro. Es importante mantenerla bien hidratada con emulsiones acuosas, es decir, que no contengan aceites. En cuanto al maquillaje, les favorecen los productos fluidos o en polvo perfectos para matizar los brillos.

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- Piel normal: es aquella cuyo manto hidrolipídico se halla correctamente formado y cuya función barrera no presenta ninguna alteración. Hay situaciones en que según la localización la piel es seca y grasa, ya que la distribución de las glándulas sebáceas y sudoríparas no es homogénea. En esta situación intermedia se admite la clasificación de piel mixta.

Podemos identificarla a través de diferentes signos como un color rosado uniforme, tacto suave y aterciopelado, poros cerrados y pequeños, luminosidad sin aparición de brillos y bastante elásticidad.

Tratamiento: lo mejor para una correcta limpieza es utilizar una emulsión suave y un cosmético hidratante que la mantenga en perfecto estado. En general, este tipo de piel puede aguantar bastante bien cualquier cosmético  aunque siempre intentaremos que sea lo menos agresivo posible y que potencie su luminosidad natural.

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- Piel seca: las pieles secas se desarrollan como consecuencia de una disminución en el contenido de agua del estrato córneo, dificultando la función barrera. La pérdida de agua puede deberse a la disminución de la secreción sebácea y, por tanto, a la escasez  y alteración de los lípidos que forman las membranas córneas o a diferentes patologías cutáneas como psoriasis, xerosis, dermatitis seca o ictiosis. El calor seco intenso y persistente provoca la pérdida de agua de la misma manera que el frío intenso. La utilización continuada de jabones y detergentes puede provocar una pérdida de los líquidos superficiales, por lo que desaparece la emulsión epicutánea y produce un resecamiento de la epidermis. La sequedad cutánea puede ser ocasional o crónica y presenta poca tolerancia a los agentes externos.

La sequedad cutánea se caracteriza por presentar aspereza, descamación, pérdida de flexibilidad y elasticidad, grietas e hiperqueratosis.

Tratamiento: es muy importante el uso de emulsiones suaves para el desmaquillado y la limpieza así como la utilización de cosméticos calmantes y altamente hidratantes. En cuanto al maquillaje, les funcionan muy bien los productos en crema, ya que contiene una mayor concentración de aceites.

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- Piel sensible: es toda aquella que tiene un umbral de tolerancia inferior al de una piel normal, es decir, reacciona frente a estímulos a los que una piel normal o de otras características no reacciona. Suelen sufrir sensaciones de incomodidad como calor, tirantez o enrojecimiento. Se trata de una piel frágil sujeta a diferentes patologías como el acné o la dermatitis atópica. Por tratarse de un tipo de piel cada vez más abundante, lo trataremos más adelante en un post dedicado a ella.

Ahora que ya conoces los diferentes tipos de piel es el momento de utilizar lo que mejor se adapte a la tuya.

Nosotros nos despedimos hasta la semana que viene que os hablaremos del factor psicológico de la belleza de la mano de la psicóloga Laura Tormo.

¡Feliz semana!

Equipo Hialucic

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